Las luces de alerta se encendieron en los mercados. A la crisis del petróleo se sumó la guerra de divisas en un mundo que están buscando un rumbo hacia el crecimiento. La batalla es épica, en la que los países ricos intentan obtener mejores réditos por el estrepitoso desplome de los precios de los commodities. Los emergentes, en tanto, tratan de sostenerse y aprovechar el sacudón al crudo para abaratar sus costos y, así, mejorar los términos de intercambio. En este contexto, el economista Nouriel Roubini, el mismo que predijo la crisis subprime de las hipotecas estadounidenses, viene proyectando “una combinación de cinco riesgos que podría derivar en una tormenta perfecta para el sistema financiero”.
Concretamente, según expone Federico Muñoz & Asociados, Roubini vislumbra:
• Una posible recaída europea en recesión.
• Un posible hard landing -aterrizaje pesado- chino (aunque en su escenario central, Roubini avizora una desaceleración a una tasa de expansión cercana al 6% en 2015).
• Un eventual fracaso del Abenomics (paquetes de estímulos fiscales y monetarios) en su intento por reactivar la economía japonesa.
• Una probable guerra de monedas que podría desatar la persistente apreciación del dólar.
• De todos modos, Roubini planteó que -a su juicio- el principal peligro para la economía mundial son los crecientes conflictos geopolíticos.
En particular, Doctor Doom señala que los conflictos en Ucrania, Irak, Palestina y Libia no han impactado en los mercados este año porque los principales bancos centrales mantuvieron políticas monetarias ultra-laxas.
En resumen, Roubini mantiene su perenne pesimismo de cara a los próximos trimestres y vaticina que la “madre de todas las burbujas” que ha gestado la híper liquidez global probablemente termine de explotar en 2016, señala en su reporte Muñoz & Asociados.
Pese a esas predicciones, los economistas coinciden en que se acabó el boom de los precios de los commodities y que el mundo tiende a corregir su rumbo. “El ciclo de los superprecios de los commodities se acabó y se irán reacomodando a la baja. En este contexto, hay que acostumbrarse al precio actual del petróleo (en torno de los U$S 55) durante los dos o tres años que vienen”, dice a DINERO Dante Sica, de Abeceb.com. Según el economista, esto torna difícil la competencia para buscar inversiones, particularmente para el emprendimiento Vaca Muerta. Respecto de la soja, Sica estima que su valor ha llegado a un piso y tiende a estabilizarse en los próximos meses. E insiste: “la caída del precio del petróleo le da cierto alivio a las exportaciones de energía y le quita presión al factor subsidios”.
Ramiro Castiñeira, de Econométrica, sostiene a su vez que, con los valores actuales de los commodities, los términos de intercambio comienzan a jugar en favor de los países desarrollados. Pero ese no será el escenario para países como la Argentina, sostiene. “El efecto sigue siendo negativo porque, si bien le favorece la caída del precio del petróleo, no es el mismo caso para la soja que -ante la caída- generará menos divisas para la economía”, puntualiza. En ese aspecto, ejemplifica con la decisión que adoptó Brasil, de recortar las expectativas sobre el rumbo económico de 2015, con una visión más realista de lo que se viene.